Wednesday, March 19, 2014

Wednesday, March 12, 2014

Una nueva gepolítica debajo de Vaca Muerta.

Published in Bastion Digital and Independencia Energetica

Con las reservas de Vaca Muerta, el país puede ofrecer algo que nunca tuvo: bajos costos productivos. Podremos vender gas barato a cambio de mercados enteros de otros países. Esto significa: no me pagues el gas, comprá mis tractores. El gas genera menos cantidades de dinero pero más decisión, poder, largo plazo, y expansión.
Las reservas de gas "probadas" (puede haber mucho más) en Vaca Muerta son 9.000.000.000.000 de metros cúbicos, algo así como 9 millones de millones (ó 9 trillones según el uso norteamericano) y se consumen (datos 2012) unos 45 mil millones de metros cúbicos por año, lo que me da una monstruosa cifra (que chequee varias veces dándole golpecitos a la calculadora) de 200 años de provisión de gas solo desde Vaca Muerta. Como no soy muy ducho con las matemáticas invito a hacer la cuenta: 9.000.000.000.000 dividido 45.000.000.000. A mi me da eso.  
Parece una locura pero, merecidamente o no, estamos hablando de la tercera reserva mundial de shale gas mundial, que duerme en un país que bajo parámetros demográficos mundiales, está casi desierto.
El gas natural, además del GNC para autos, sirve para producir energía, una cuestión al menos complicada en los últimos tiempos. Pero el gas también se usa básicamente para calentar, derretir, contraer, condensar, secar. Hablamos de un abanico enorme que va desde el tratamiento de aceros para una automotriz, pasando por el secado extremo que necesita el cableado de alta tensión, hasta para condensar en la fabricación de cerveza. Y el consumo humano. Claro.
Fuera de su uso cuasi ilimitado, tenemos que entender todos que no solo sería una revolución productiva (que son dos lindísimas palabras cuando van juntas) en el sentido de transformar la matriz productiva argentina para siempre y sin marcha atrás, sino que ante el mundo estaríamos ofreciendo algo en lo que nunca Argentina fue muy interesante: bajos costos productivos. Resulta ser que el gas es baratísimo y si abunda, es fiesta.
Vamos al lado estratégico, Argentina hoy produce 33.000.000.000 metros cúbicos y consume 45.000.000.000, el resto se importa de nuestros hermanos nuestroamericanos de Bolivia al precio escandaloso de 10 dólares el metro cúbico, mientras que en Estados Unidos vale 2 dólares. Argentina, si sigue recibiendo ofertas de inversiones a partir del acuerdo con Repsol, puede posicionarse como un gigante en la región, vendiendo gas barato a cambio de mercados enteros de otros países. Esto significa: no me pagues el gas, comprá mis tractores. Sin siquiera nombrar la producción petrolera, el gas genera menos cantidades de dinero pero más geopolítica, decisión, poder, largo plazo, en definitiva expansión.
Cuando he hablado del tema y de las posibilidades impensadas de Argentina, en contraposición se me presenta el calentamiento global. Es impresionante esta terrible cultura de desconfiar ante el desarrollo. Trataré de ser breve:
- Cuando el gas se quema (sea para un hornalla o para el horno de una refinería) ¿aporta al "calentamiento global"? La respuesta es: Si.
¿Debería importar, dada la trascendencia industrial de Argentina a nivel mundial? La respuesta es: No. Claro que no.
¿Cual sería la prioridad de Argentina? ¿No desarrollarse para no contribuir al calentamiento global? ¿O crecer de una vez como nunca hemos soñado?
Mi respuesta es crecer, desarrollarse y si hay que equilibrar por las emisiones industriales argentinas - algo que lamentablemente nunca fue un problema para nosotros - plantemos arbolitos por todos lados, como hizo San Luis. Y a brindar.  

¿Nadie quiere que Argentina produzca energía?

Published in Bastion Digital

Si hoy todas las fuerzas políticas, salvo la que administra el Estado, se oponen a que Argentina tenga un desarrollo energético que puede catapultar al país a ser una potencia ¿esto quiere decir que el argentino medio no quiere que exista producción petrolera? ¿Argentina es un país con habitantes que no quieren energía?
Criticar que un Estado paga la indemnización de una expropiación es en términos generales (no argentinos) casi un chiste. Pero dentro de la burbuja de pensamiento descabellada que aflige a Argentina, parecería un escandalo. 
En estos días rarísimos para la política y específicamente en el tema energía, tenemos casos de posiciones increíbles. Por ejemplo, el PRO de Tandil, en alianza con la UCR y el massismo, lograron declarar a Tandil "Zona Libre de Fracking" en el Consejo Deliberante. Una zona en la que no hubo y no hay ni una gota de petróleo.
Es decir que el PRO, que hoy sería la única alternativa "no de izquierda" en todo el mapa político, se estaría oponiendo a que Argentina tenga un desarrollo energético ¿Exagerado? No. La explotación de crudo a través del fracking es la única forma de que Argentina no se convierta en un país importador. En un Uruguay. Las reservas argentinas no convencionales (las de toda la vida, las que se explotan sin fracking, las que según Pino Solanas no contaminan...) tienen como máximo 30 años de vida. Siendo generoso.
Pero el PRO se opone. Si bien dentro del partido esta posición anti-producción petrolera no está generalizada (rescato a Miguel Braun y a Federico Sturzenegger con notas a favor del desarrollo energético), el gobierno de la ciudad nombró como funcionario de la ciudad de Buenos Aires a Juan Carlos Villalonga, el ex presidente de Greenpeace. Grenpeace, un mix de ideología colectivista, ataques quirúrgicos a ciertas compañías en desmedro de otras, lobby periodístico (desde mi nota sobre Camila Speziale en Infobae y luego de bajarla y subirla dos veces, nunca volvieron a aceptarme una nota en ese diario), es la punta política en el PRO en energía. Una política energética medievalista, como la de Pino Solanas o Lozano.
Todo esto lleva a una pregunta: Si hoy todas las fuerzas políticas, salvo la que administra el Estado (y hay que decirlo, lo siento), se oponen a que Argentina tenga un desarrollo energético que puede catapultar al país a ser una potencia real en unos años, ¿esto quiere decir que el argentino medio no quiere que exista producción petrolera? Si lo que paga electoralmente en el 2015 es oponerse a la producción petrolera, ¿entonces Argentina es un país con habitantes que no quieren energía?
Respecto al pago a Repsol, anotar: 
- Cuando en los '90 se privatizó YPF el barril de petróleo costaba 23 dólares. Hoy está a un promedio de 105 dólares
- Cuando se decidió la privatización en 1992, el rojo de YPF eran de U$S700 millones de dólares anuales (unos 3.000 de hoy)
- Cuando se decidió la expropiación de YPF (hasta ayer era una confiscación), el patrimonio neto de la empresa eran U$S4.500 millones (12 de activo, 8 de pasivo). Se pagarán U$S5.000 millones. Está bien.
- En Estados Unidos durante todos los '80 y parte de los '90 quedaron en pie el 10% de las empresas petroleras que existían en la década de los '70. Hoy se triplicaron.
- Las empresas norteamericanas cerraban porque el valor del barril no alcanzaba ni para pagar el sueldo de las recepcionistas. En YPF pasaba lo mismo.
- Menem desarrolló la única privatización del subsuelo de un país. Salvo Estados Unidos que siempre fue privado, es el único caso del mundo. Polémico, pero no dejó de ser audaz.
- Con Repsol nunca hubo desabastecimiento grave de nafta y los precios, a pesar de incrementos y quejas, siempre se mantuvieron en un promedio normal respecto a los precios globales (más bajos que en Uruguay que no tiene petróleo y más caros que en Venezuela que flota en petróleo).
Con el descubrimiento de Vaca Muerta, Argentina se convirtió en la tercera reserva petrolera (shale) del mundo ¿Tenía que volver al Estado? Creo que sí, aunque el ideal es el sistema norteamericano. Pero si el argentino medio se opone al fracking porque le cree al documental de la canilla que tira fuego, estaríamos a 500 mil años luz de pasar a un sistema donde el subsuelo es propiedad en línea recta hacia abajo del dueño de la superficie. Como es en Estados Unidos.
¿Tenía el Estado argentino que pagar indemnización por la expropiación? Claro. ¿Qué somos? ¿Comunistas?

Otra oportunidad perdida.

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Todo lo bueno que representó el acuerdo entre YPF y Chevron por Vaca Muerta, se desmaterializó con el ataque de la conducción económica del gobierno a la petrolera Shell, al acusarla de ser la responsable de la devaluación de la moneda. Por esto es que Argentina sigue siendo inviable en inversión energética.
En este artículo de hace casi 6 meses decía que el arreglo de Chevron era bueno porque había primado la posición de los "oilmen" de  Galuccio sobre los "científicos" sociales del Conicet del sector de Kicillof, en la idea de abrir la compañía a compañías extranjeras capaces de hacer fracking y de alguna forma normalizarla, después de una confiscación ilegal y torpe.  
En retirada del petróleo y bienvenidos en el ministerio de Economía (además de una red enquistada en todos los ministerios), los muchachos de Kicillof comenzaron a manejar la economía del país, con resultados a la vista que no tocaré en profundidad en este artículo, porque sólo me interesa un punto: el ataque a Shell.
Juan José Aranguren, presidente de Shell hace ya unos cuantos años, fue el único empresario argentino que defendió su compañía ante las amenazas del partido estatal. De alguna forma, Aranguren siempre se ató a un criterio de lógica empresarial absolutamente simple, básica y normal en cualquier parte del mundo: no dejar que el Estado se meta a dirigir los números de tu empresa. Algo inentendible inclusive en el primer nestorismo, que intentaba imponer la lógica política de pueblucho desértico santacruceño que luego, finalmente, los argentinos asimilaron y votaron. Varias veces.
Entonces, Shell siempre fue una espina, porque no se bajaba los pantalones. Diez años después Aranguren sigue ahí. La espina.
Debido a una emisión sin control y sin ningún tipo de intención de pararla,  porque seria "volver a la década del 90" (como si esta década hubiera sido mejor...), y las corridas, las alzas de precios, el freno de la producción, el kicillofismo decidió que la inflación es culpa del deseo desmedido de plusvalía del pequeño burgués, tal como se enseña todavía, e increíblemente, en la mayoría de las cátedras de la UBA. En estos pequeños detalles está la explicación de estos grandes desastres que aparentemente sólo en Argentina pasan.
Entonces el kicillofismo siguiendo la lógica vio dos oportunidades: una, aplacar a las fieras acusando de golpista a un viejo enemigo, pero la otra fue un palito a su compañero Galuccio.
Que por una devaluación del 40% (o ya no sé) en un par de días se acuse a una de las pocas petroleras (si no la única) que quedan en el país en un contexto de búsqueda de inversiones energéticas extranjeras, no tiene ni el más mínimo sentido si no es dentro de una guerrita interna.
En YPF, el directorio (kirchnerista) se le reía en la cara al pobre Axel cuando intentaba imitar a Moreno golpeando la mesa, como se le reía en la cara la misma Cámpora cuando empezaba a gritar porque a nadie le interesaba lo que decía. En aquellos tiempos sólo Ivan Heyn podía opinar de economía en la agrupación. O al menos, era el único al que se le entendía lo que decía. 
La idea que una devaluación del 40% en unas horas fue culpa de una petrolera que compro 2 millones de dólares da la pauta de que lamentablemente Argentina sigue siendo inviable en inversión energética. Por motivos absolutamente ideológicos de su Estado, que ve al progreso dentro del capitalismo como una aberración. Por eso lo frena.
Incluso el camporismo, preso de ataques de pánico y sin ninguna guía de alguien que esté "más arriba" que ellos, piensa que el ataque financiero de Shell fue un plan sistemático para "tapar el plan PROGRESAR", el plan para que los chicos se anoten en una escuela y cobren 50 dólares por mes para invitarle un helado a la novia.
La conclusión es que el ataque a Shell volvió a YPF, y lo digo con profundo dolor, a niveles de confiabilidad previos al acuerdo con Chevron. Y Argentina, durante ese buen acuerdo, ya tenia vedada la posibilidad de segundas chances. 
- See more at: http://www.bastiondigital.com/notas/otra-oportunidad-perdida#sthash.dkI8CDpV.dpuf

La mentira del Fracking en Claromecó.

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Nota colaboración de Nicolás De La Plaza*
Aviso que este articulo está plagado de entrecomillados, sería imposible escribir sobre este tema si no lo hiciera.
Me enteré, esta semana, de una nueva comparsa desopilante contra el desarrollo energético argentino: el tema del fracking en la Cuenca de Claromecó (Sureste de la Provincia de Buenos Aires). Sinceramente, desconocía la posibilidad de que se pudiera encontrar petróleo y gas en la provincia de Buenos Aires, más que nada por no existir antecedentes de ningún tipo.
Investigué un poco y me encontré con: 1) una carta de “alumnos de 3er año” de quién sabe qué colegio de provincia pidiendo que no se destruya el medioambiente; 2) artículos que hablan de las supuestas zonas de explotación como “zonas que podrían ser afectadas por el fracking”; 3) la famosa mención a los “terremotos” que ocasionaría el fracking; 4) “las canillas del baño que largan fuego”; 5) una nueva, la “contaminación sonora” que originarían, supongo, los camiones y las perforadoras; 6) el viejo y querido “Calentamiento Global”; 7) y, por último, los llamados a “coordinar” una unión de:  organizaciones ambientales, las gloriosas ONG, las asociaciones de “vecinos”, las cooperativas (?) y todo el bagaje de asociaciones de gente que disfruta de ir a las reuniones de consorcio. Agrego al Proyecto Sur de Pino Solanas que, lamentablemente, no pudo estrenar su película contra el fracking porque, hay tanto desconocimiento del tema en ella, que hasta un chico de jardín de infantes se daría cuenta del humo demagógico.
Pero, entre tanta solemnidad ambientalista, encontré un artículo en inglés del año 1995 del Oil & Gas Journal (http://www.ogj.com/articles/print/volume-93/issue-39/in-this-issue/exploration/exploration-argentina39s-claromeco-basin-needs-further-exploration.html ) que habla de la novedad de esta cuenca (19 años atrás). Dice que, debido al tipo de formación geológica de la zona, “podrían” darse las circunstancias de existir petróleo y gas “atrapado” en reservorios. Habla sobre que se concesionó el bloque al Grupo Bridas pero, a la vez, explica que no hay ninguna muestra disponible del hidrocarburo. Es algo normal, de todas formas, que las petroleras adquieran derechos sin saber si hay o no petróleo; digamos que esa es la base y el riesgo de este negocio, lo que lo vuelve apasionante. El secreto es analizar la tierra y las formaciones geológicas, ver qué números dan y, recién en ese momento, apostar un par de millones de dólares para perforar. En donde yo vivo, Oklahoma, hay miles de historias de fortunas y bancarrotas provenientes de esta “duda” al invertir en perforar. En Texas, esas historias hay que multiplicarlas por 100.
Volviendo a la tierna resistencia de nuestras orgullosas amas de casa de la provincia a que haya “terremotos” en la zona pampeana, originados por los yankees de Chevron y Galuccio, está presente el tema que, lamentablemente, se volvió recurrente en los artículos que escribo: la insistencia del argentino medio a perder oportunidades de desarrollo. Y no lo digo desde el lado “economicista”, como leí por ahí, sino desde el lado de la psicología: en los pueblos del interior se construye una forma de vida, un orgullo, un arte del concepto de “vivir tranquilo”. Pero eso no significa vivir sin ser asesinado por un cellular, como en las grandes ciudades, o dormir 4 horas de siesta diarias, sino algo mucho peor: el “vivir tranquilo” es sobrellevar la vida dentro de la mediocridad social, económica, espiritual y psicológica más absoluta.  Es la insatisfacción adherida a la psiquis, después de tantos años de mansedumbre, que convierte a esta gente en sombras que caminan intrascendentes durante toda su vida terrenal.
Vivo en un pueblo de 30.000 habitantes, la escolaridad acá es una de las más bajas de Estados Unidos, la mediocridad en el aire te la fumas en pipa, de niguna forma pretendo insultar al valiente pueblo bonaerense… pero hay consenso en evitar un cambio cualitativo de sus vidas, y un salto de calidad impresionante que sus ancestros no hubieran imaginado. No hay ni una sola muestra de petróleo que provenga del subsuelo de la provincia de Buenos Aires pero, de todas formas, se oponen al fracking. Leí que habría gas de carbón pero no son fuentes serias; ojalá hubiera algo publicado, pero no, no hay. No hay petróleo ni gas en la provincia de Buenos Aires (hasta ahora) y no se están haciendo perforaciones de ningín tipo.
Pero hay un pueblo unido. Un pueblo unido y cobarde que no pelea contra los funcionarios corruptos que les arruinan la vida, pero valientes contra la posibilidad de un progeso real.
*Abogado, Universidad de Buenos Aires y Master en Derecho del Petróleo en The University of Oklahoma

La moda ecologista frente al desarrollo petrolero.

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La incoherencia de tener una cloaca a cielo abierto y criticar la extracción por fracing.Por Nicolás de la Plaza

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Por Nicolás de la Plaza (*)
Una ONG Suiza hizo el top 10 de zonas mas contaminadas del planeta yArgentina salio octava con el Riachuelo. En Buenos Aires se vive al lado de una especie de Chernobyl liquido, pero el enfasis se pone en prohibir fumar en lugares de esparcimiento para no molestar a los que no fuman.
Se hacen campañas desde el Gobierno de la Ciudad y desde Nación, contándote los años que perdés si fumás, cuando todos los días a tu organismo entra tolueno desde el Riachuelo, que básicamente te destruye de a poco, pero más rápido que si “inhalás” un poco de humo de un fumador: al tolueno lo respiras las 24 horas, mientras que al cigarrillo, como mucho, un par de horas los fines de semana, si no fumás.
Entonces, desde la política se ataca el fumador, básicamente porque es una especie de moda new age, como tener un hurón de mascota. Al Riachuelo y a su tolueno no se lo ataca, porque no tiene rating y cuesta mucho más dinero atacarlo que poner a un actor abusando de solemnidad en la publicidad oficial.
Los enfermos de cáncer son mucho más en la ciudad de Buenos Airespor los gases del Riachuelo que por el cigarrillo, por simple lógica en cuanto a la exposición a sustancias toxicas.
Pero hay un tema más importante que sigue la misma línea, que es elataque a la producción de petróleo y a la producción de soja. Argentina casi no tiene industria (y definitivamente no tiene industria competitiva a nivel mundial) pero tiene soja y petróleo no convencional. A la soja se la produce, al petróleo no convencional todavía no (en cantidades importantes).
El Estado está haciendo un buen trabajo para sacar a flote a YPF de la mano de Galluccio. Y supongo que hará un mejor trabajo teniendo alejada a la tropa de niños del Conicet de Kiciloff, abocados a mantener un sistema económico acabado.
Pero ahí entra de nuevo el rating, el que no hace “cosquillas” con el Riachuelo, pero hace mucho ruido como es el tema fracking. Argentina es el único lugar del mundo en el que gente iletrada y semi iletrada opina del fracking, algo que lleva muchos años de fórmulas matemáticas, física, conocimientos avanzados de geología, destreza en maquinas tan avanzadas que solo tres o cuatro compañías del mundo las tienen, entre ellas Chevron.
El argentino se opone a que venga Chevron, y aparecen frases como: “crearán cementerios en la tierra india”, “se la vienen a llevar toda”, “un primo lejano trabaja en YPF y me dice que el fracking hace desastres”, “en California hay terremotos por el fracking”, “no queremos canillas con nafta en Neuquén” (detalle jocoso, teniendo un rio de benzina como el Riachuelo a cuatro paradas de bondi).
El fracking se hace a varios kilómetros bajo tierra, lo que significan varios miles de metros debajo de las napas de agua. Al Riachuelo radioactivo se le puede sacar fotos si el día esta lindo y no se quiere que la foto salga muy deprimente.
Al cigarrillo se lo combate porque son solo publicidades y leyes, al Riachuelo no, porque son solo leyes, las mejoras no tendrían publicidad hasta dentro de unos 20 años y más o menos todos están acostumbrados, aunque los mate. Al fracking y a la soja se los ataca, pero desde el ecologismo: organizaciones que condenan día a día a africanos a morir de hambre porque no pueden cultivar tierras por ser “reservas naturales” y prohíben el ganado por “perjudicar las especies autóctonas” que no le interesan a nadie salvo a snobs con sobredosis de comodidad.
¿Por qué mezclo al cigarrillo y al Riachuelo con la cuestión del fracking? Porque es una muestra de la liviandad con la que se tratan las cosas. Que en Buenos Aires se respire veneno pero que sólo se persiga al fumador es igual de ridículo que Argentina, sin chances de desarrollo en el corto plazo, hundida inclusive psicológicamente, prohíba o obstaculice la única chance que tiene de formar una sociedad moderna en base a un recurso competitivo como es el petróleo, el gas y la energía en general.

(*) Abogado, master en Derecho del Petróleo en The University of Oklahoma.

El pozo seco del slogan.

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Francisco posó con el único político opositor que se declara “admirador de Chávez“: el viejoPino. Todo este juego de niños tiene rating. Bergoglio quiere levantar su iglesia con signos y gestos. Como el peronismo. La solemnidad del discurso vacío que agrada a quienes ya abandonaron sus sueños. La señora que lava la vereda, el abogado corporativo que gana menos que un basurero. Ese público quiere escuchar: petróleo malo, dios bueno.
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La foto de Bergoglio mostrando la remera “No al Fracking” da para muchas lecturas. No, no las da, posó con el único político opositor argentino de relevancia que se declara “admirador de Chávez” y supongo que por continuidad de Nicolás Maduro: el viejo Pino.
A Pino lo escuché en varias ocasiones hablando de fracking, gritando que es un “escándalo” e “inmoral“, pero poco dice y sabe del asunto. Incluso hizo una película. No la vi pero imagino el testimonio de los mapuches, del criollo triste, la señora mostrando el vaso de agua sucia, la chiquita refregándose los ojos con pucherito diciendo que no le gusta Chevron, entre avergonzada y a la vez divertida.
Imagino en ese powerpoint demagógico las manos manchadas de petróleo del presidente de Ecuador, Rafael Correa (otro de sus ídolos), el mismo Correa que mantiene esa dolarización soñada a fuerza de petróleo y no de ingeniería espacial. Lo escucho a Piazzolla de lejos o un carnavalito, mientras la voz del viejo Pino dice algo así como “y así, de a poco, las fuerzas de nuestra tierra y nuestra gente se ven debilitadas y casi vencidas por el monstruo insolidario y ambicioso extranjero”. Y un guanaco mirando fijo a la cámara.
Todo este juego de niños tiene rating. Y Bergoglio quiere levantar su iglesia con signos y gestos. Como el peronismo. La solemnidad del discurso vacío que agrada a quienes ya abandonaron sus sueños. La señora que lava la vereda vestida de su abuela, el viejo que ve el TC en la cama fumando, el abogado corporativo que gana menos que un basurero. Ese público quiere escuchar: petróleo malo, dios bueno. Y no tanta historia.
Bergoglio, viejo zorro y peronista, lo sabe. Pino también.
Iba a hablar de fracking, que puede ser inofensivo, que la manera de extracción convencional (normal, tradicional) de petróleo también contamina e incluso más porque se usan máquinas 50 años más viejas que las que se usan para hacer fracking. También que el fracking de Vaca Muerta se hace a varios cientos de metros de profundidad y que no hay forma de que se toquen las napas. Que el agua que se usa es siempre la misma y que sí, que esa agua se contamina, pero no vuelve a la Pachamama, se trata y se vuelve a usar. Que el petróleo es la fuente de absolutamente todo lo que usamos hoy en día, que la vida con tomatitos en el balcón es un entretenimiento de parisinos aburridos y millonarios.
También iba a desafiar al Papa (¡osado!) y al viejo Pino a que definan una alternativa de combustible al petróleo por el que hoy Argentina paga 17 mil millones de dólares anuales importando, pero recuerdo que la idea de Pino y sus cumpas, y veo que también la de la Iglesia Católica, es la “extracción familiar“.
Extracción de petróleo familiar. La mamá con la palita excavando, el padre con la boina preparado con el balde para que salga el chorro de crudo, los chicos jugando a la pelota alrededor, los perros persiguiendo gallinas. El olor a eucalipto, el chaqueño Palavecino sonando de fondo, la pampa argentina productiva.

Lo de Chevron sigue siendo bueno.

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La revelada clausula “secreta” del acuerdo YPF-Chevron, que ya es polémica, es la que se conoce comúnmente como Force Majeure Clause o “caso fortuito” en el derecho argentino aunque no tiene el mismo significado. Básicamente es una clausula que libera de obligaciones a una o a ambas partes si el negocio es afectado por una catástrofe natural (tsunami, tornado, terremoto) o un golpe de Estado, una guerra o, como se detalla en este caso, “un cambio de vientos políticos”.
El “cambio de los vientos políticos” relega obligaciones de la o las partes si la corte norteamericana (donde se decidirán estas cuestiones, si pasan) entiende que hubo “mala fe” por parte del Estado. Por ejemplo, por “mala fe” se puede entender lo que paso con Repsol, que básicamente fue confiscar la empresa al par de meses que se anunciaron las posibles reservas en Vaca Muerta. Las razones electorales o circunstanciales que usan los gobiernos populistas para justificar su captación de recursos al Estado son vistos en las cortes estadounidenses como simple mala fe. Recubierta de palabrerío demagógico.
Entonces el “cambio de viento político” se refiere a la profundización del descalabro. Es decir, si se traslada a Chevron la “mala fe” hacia quienes todavía hoy producen en Argentina con medidas que consisten en bloquear las tuercas en la Aduana, aumentarles las coimas, cerrarles los mercados “por guapos”, preguntarles si se bancaron la dictadura…
Como más o menos dije en el anterior artículo del tema, este acuerdo con Chevron es una prueba, un buscapié, y estas cláusulas son garantías, porque en Argentina a sus funcionarios no les gustan las inversiones extranjeras, ni los extranjeros. Entonces es lógico que si te hacen la vida imposible tengas que hacerles poner una garantía por escrito.
El acuerdo es por el 3,3% del área, la inversión total calculada para ese área es más de 15 mil millones de dólares. Por el 3,3%. Pensala un poco: si se van y se llevan el 50% de renta de unos 20 pozos no está tan mal. Primero que Chevron nunca se va a ir de Vaca Muerta, segundo porque necesitamos que Chevron esté instalada para que lleguen las demás.
Argentina desde afuera se ve como una parodia: se aprecia a la gente, la cultura, la boludez del tango y la carne, pero a este último gobierno se lo ve devastador; y que Chevron invierta en Argentina se entiende como una locura. Se arregló una cláusula de Force Majeure, eso es todo. Esas cláusulas existen en cualquier contrato petrolero, aunque el país huésped sea Finlandia. Se usa para evitar mala fe de los gobiernos de turno. Y en este caso Chevron fue generoso.

El arreglo con Chevron es bueno.

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El arreglo con Chevron es bueno, aunque le regalen los 20 o 30 pozos que están negociando.
Desde que YPF fue confiscada (expropiación sin indemnización) es un bebé que largaron sólo en un parque: gatea, llora un poco, mira para todos lados, capaz encuentra un perro que le da un beso pero que no puede enseñarle a caminar o a hablar. El perro esKicillof y su banda de becarios del Conicet que no saben de petróleo. Ni de economía, pero es otro tema.
Al bebé le tienen que enseñar cosas para que crezca y pueda manejarse por sí mismo. Y apareció Galuccio, que lo tenían escondido porque no le interesa el peronismo. Verán, los que estamos en petróleo tenemos un entusiasmo por lo que hacemos que es igual al entusiasmo del que es fanático de un deporte. Nos preguntan y empezamos a hablar de números, de permeabilidad, de porosidad, de la calidad de petróleo según cada zona, de los negocios de una compañía, de otra, de los modelos de concesión en un país, en otro. Y nos deprimimos con Argentina. Porque es raro, porque no saben. Pero Galuccio es Galuccio e hizo el camino del profesional del petróleo argentino: estudiar en EEUU o Escocia, trabajar en el midwest, algo de Medio Oriente y terminar snobeando en Londres. La última etapa es ir a trabajar con YPF, con amor. Esperando los nietos.
Galuccio hizo el camino de la rata del oilman. No podría ser más perfecto para el puesto: armó su grupete de fellows amantes del crudo y se volvió a hacer patria. Pero se encontró con la UBA, con el Conicet, con tipos que en 2013 enseñan plusvalía, amantes de la industria pesada y obsoleta pero que inauguran fábricas de ensamblajes de celulares o bicicletas. Los mismos que no dejan que entren tuercas pero te ponen mil trabas si las querés fabricar. Intelectuales que se llaman a sí mismos “soldados”. Chicos que cuando negocian con petroleros gringos, rusos o franceses los obligan a tomar mate (algo problemático para alguien que no está acostumbrado), les hablan de Irak y cuentan que le robaron el petróleo a la dictadura de Saddam. Chicos.
Voy a Chevron: para que YPF deje de ser tomada como un bebé tiene que ir con su mochilita por el mundo mostrando a una empresa como Chevron, eso significa “no son tan locos o idiotas, porque Chevron labura con ellos”. Pasás del petróleo confiscado a una empresa nacionalizada (no está mal) que cerró con Chevron, que no es Oro Negro Hermanos SRL, es Chevron. Se va a arreglar por U$S 1.000 millones. No es nada, es un buscapié, es una pruebita, es para ver si les dejan pasar las máquinas por la aduana, si los dejan trabajar en paz… en definitiva, si cumplen con el contrato. Es más, se trata de ver si el jefe es Galuccio o a la compañía la manejan pasantes treintañeros, soldados de Kiciloff que nada saben del tema. Como antecedente, parece que este año la pulseada la ganó Galuccio, seguramente porque el desastre económico manchó un poco la credibilidad del profe de plusvalía de la UBA.
En suma, si cierran definitivamente con Chevron y funcionan como una petrolera normal por lo menos un año, volverán los interesados en las licitaciones de bloques.
Ecología: antes del shale gas había reservas de petróleo para 30 años, hoy hay para 500 o más si se inventa algo para llegar a las fosas oceánicas, o a los polos o a Marte. El mundo funciona con petróleo, sin petróleo nos morimos todos y sobreviven las mojarritas y las palomas. Y yo y ustedes, hasta donde tengo claro, somos humanos, no grillos. Se puede hacer fracking sin contaminar, falta un año o dos para que que la extracción sea totalmente limpia como lo es la extracción vertical.
Y cuando Argentina madure va poder explorar (de una vez) su mar, y por qué no el litoral y elChaco, en donde hay 10 vacas muertas enterradas.
Cierro diciendo que cualquier arreglo con Chevron sirve dentro del negocio del petróleo. Si hay coimas, si Chevron no es solidaria, si es yankee, si es la ex Standard Oil, todo eso es para otras discusiones que no tienen nada que ver con hacer que YPF despegue de una vez. Que se hagan las denuncias pertinentes, pero el negocio es otra cosa. Porque el negocio del petróleo es adictivo y todos los que estamos en él queremos algún día ayudar a crecer a la compañía. Y por qué no, a Argentina.